A pesar de su fama, el Titanic está destinado a ser recordado principalmente por su tragedia. El 14 de abril de 1912, durante su viaje inaugural de Southampton a Nueva York, el barco chocó con un iceberg en el corazón del océano Atlántico y se hundió, causando la pérdida de más de 1.500 vidas.
Esta tragedia, en la que alrededor del 40% de los pasajeros de primera clase y el 70% de los de tercera clase perdieron la vida, conmocionó al mundo entero. El naufragio del Titanic sigue siendo una de las mayores tragedias marítimas de todos los tiempos, dejando una huella indeleble en la memoria colectiva de la humanidad.